Platini, Blatter y el viejo juez de gol

Platini, Blatter y el viejo juez de gol

No veo mal lo del juez de gol, que recupera una función que ya existía allá por los veinte y los treinta, según vemos en la foto de aquí abajo. Mi padre me lo había contado muchas veces. Era un señor con una sillita de enea, pendiente de los detalles del tramo más caliente del juego. Las redes deterioradas, las cargas al portero, la velocidad del fútbol del pelotazo, que a veces sorprendía a los árbitros, no tan preparados como hoy... Todo eso justificaba su existencia. Desaparecieron, me dijo mi padre y así sería, por el avance del incivismo de los aficionados, que les hacía objeto de lanzamientos.

Ahora pueden volver. Me los imagino protegidos en una casetita cerrada, a salvo del hostigamiento de los ultras. Su regreso se justificaría no sólo por los goles fantasmas, que se dan muy de cuando en cuando, sino por los agarrones en las áreas, los 'ushiro nages', tan desgraciadamente frecuentes de un tiempo a esta parte. El asunto se pone a prueba ahora en un torneo internacional menor en Eslovenia, al modo como se experimentan desde hace tiempo las posibles renovaciones del reglamento. El asunto despierta interés general, entre otras cosas, porque en torno a él late cierta rivalidad entre Blatter y Platini.

Blatter era partidario del chip en balón para determinar lo de los goles fantasma. Platini, que está más en la cosa artesanal y clásica del fútbol, prefiere el juez de gol (o como se dé en llamarle), entre otras razones porque resolverá más problemas. Árbitros clásicos que hemos consultado dudan de su utilidad. Es otro tiempo, dicen, el balón y los jugadores van más rápido. Para los goles fantasma tienen más fe en el chip que en el ojo humano. Sobre los 'ushiro nages', piensan que un árbitro bien situado y valiente los debe ver y pitar. Quizá debiera ser así, pero no es así. A mí me gusta la idea de Platini.