Aún no saben quién es don Julio

Aún no saben quién es don Julio

El año 1979 va quedando lejos. Argentina se disponía a celebrar el triunfo de la selección juvenil en el Mundial de Japón, con Maradona como estandarte, cuando Julio Grondona se hizo cargo de la presidencia de la AFA. Han pasado 29 años de aquello, y don Julio, como se le conoce en su país y en medio mundo, continúa en el cargo. Y en la FIFA, donde es el vicepresidente encargado de la Comisión de Finanzas y del Consejo de Mercadotecnia y Televisión, que ahí es nada el carguito. Un dirigente que ha conseguido mantenerse en lo alto durante casi tres décadas en un ambiente como el del fútbol, donde todo resulta rápidamente perecedero, volátil, prescindible, tiene que ser alguien especial.

Y Grondona lo es. Como si ese don que le anteponen al nombre no fuera tanto un tratamiento de respeto por su "elevado rango social" -como define la RAE-, sino un apelativo temeroso de posibles relaciones non sanctas. Joan Laporta, el secretario Begiristain y otros negociadores tienen, de momento, una muestra gratis de cómo las gasta don Julio. Leo Messi jugará con Argentina lo que decida Argentina, más allá del acuerdo pre-Juegos, del TAS, del calendario apretado o del riesgo de lesiones. Y aún no han conocido al verdadero don Julio. Será mejor que no molesten a la familia.