El Madrid sigue con su pretemporada particular. Tras una semana de descanso, dos rivales teóricamente fáciles, ayer Panionios y el domingo Cajasol, conceden a Joan Plaza y sus jugadores siete días más para ir avanzando en la búsqueda de la nueva identidad del equipo. Los retoques en la plantilla, con fichajes importantes en todas las posiciones, obligan a nueva imagen en el Real Madrid. Poco a poco los recién llegados van acoplándose. Contra el Panionios, Pepe Sánchez dio muestras de su fantástica visión en los pases y con ello propició unos buenos minutos de Lazaros Papadopoulos, que sigue siendo a la vez la gran losa y la gran esperanza del equipo. Hasta la fecha el pívot griego no ha cubierto expectativas y pese a ser el más caro de la plantilla aporta muy poco.

Sin embargo, está claro que el Real Madrid le necesita para marcar diferencias en España y en Europa, ya que la esperanza de esta temporada está básicamente puesta en un gran juego interior. "Lazaros es el mejor fichaje de este año", dijo Plaza a comienzos del verano. La frase me recuerda a otra del año anterior: "Sinanovic es nuestro mejor fichaje esta temporada". Todos sabemos lo que ocurrió con el gigante bosnio: a los pocos meses Plaza se lo había quitado de encima. La elevada ficha de Papadopoulos ha impedido algo similar y todo indica a que el griego puede cumplir sus tres años de contrato como jugador merengue. Por bien suyo y del conjunto, tendrán que buscar soluciones para que ofrezca el máximo rendimiento.