El premio que Pedro merecía

El premio que Pedro merecía

La semana pasada, cuando hablé con Pedro de la Rosa para preguntarle por sus opciones en Force India, lo hice casi más como viejo amigo que como periodista. Tenía unas ganas locas de que me dijera que sí, que iba a volver a correr, que Ron Dennis pensaba resarcirle por tantos sinsabores previos. Pero no hubo forma. No quería ni oír hablar del tema, prefería esperar el devenir de los acontecimientos antes que dibujar castillos en el aire. Sin embargo, hubo algo que me llamó poderosamente la atención, tanto que lo comenté con mis compañeros del AS: le noté tremendamente excitado. Nada que ver con el Pedro reflexivo y pausado que yo conozco.

Ahora lo entiendo todo. Su corazón debía ser una olla a presión a punto de estallar. Llevaba todo el día recibiendo llamadas para interesarse por el mismo asunto que yo, pero a nadie le podía contar (ni lo hará todavía) que su futuro estaba resuelto, que ya tenía un acuerdo con Force India y que McLaren había pensado en él como pieza clave del proyecto de poner en marcha lo que en realidad es su escudería filial. Entiendo su discreción porque algunos son los cabos que quedan aún por atar y ya habrá momento de vocear la buena noticia. Porque eso sí que es lo realmente importante: De la Rosa ha vuelto.