La pista jugó contra Argentina

La pista jugó contra Argentina

España, con 14 tenistas entre los cien primeros de la ATP que han ganado este año en tierra, hierba y cemento, puede aplastar a cualquiera en cualquier pista, por muy rápida que sea. La tipología de tenista bajito, peleón y con el calcetín ocre de tanto resbalar en la arcilla ha quedado desterrada, entre otras cosas, gracias a portentos como Feliciano López y Fernando Verdasco. Queda borrada, definitivamente, con exhibiciones como la de Mar del Plata, final de un viaje maravilloso, ciudad que pasará de ser la del fallo clamoroso de Julio Cardeñosa ante Brasil a la de la machada grandiosa.

Argentina, obcecada en hacer daño a Nadal, no midió lo suficiente el asunto de la pista. Nunca había disputado en casa una eliminatoria fuera de su hábitat, la tierra. Y España llegó sin Rafa pero con un zurdo de servicio brutal y otro de resto fulgurante. Además de un semifinalista del US Open y finalista del Masters, Ferrer, que desgraciadamente naufragó, pero que puso su granito de arena en Las Ventas ganando a Roddick. No se olvide. Es lo que tiene la maravillosa locura de la Davis: la pista, el público, la magia, lo imprevisible. Es algo más que tenis.