El año que nunca vamos a olvidar

El año que nunca vamos a olvidar

Hace cuarenta años de aquel hermoso gesto de Tommie Smith"fue un grito por la dignidad y la libertad". Anoche nos honró con su compañía en la Gala de AS. Hace poco que Obama ha sido elegido presidente de su país. Estos cuarenta años son un puente sobre aguas turbulentas que nos permite confirmar que el mundo siempre mejora. No se percibe en el día a día, hay incluso saltos atrás, pero cuando se mira con alguna perspectiva se concluye que cualquier tiempo pasado fue peor. Aunque siempre hubo relámpagos de belleza que lo redimían, como aquel gesto de Tommie Smith.

También en nuestro deporte cualquier tiempo pasado fue peor. Durante este grato periodo de recogida de opiniones y votos en torno a los merecedores de nuestros premios apenas hemos podido abarcar en nuestro entusiasmo todos los méritos y los triunfos de los deportistas españoles en este año. El deporte, que en aquellos años oscuros era visto en nuestro país como una distracción de retrasados y una actividad menor, fue aceptado entre nosotros ya hace algún tiempo como lo que es: una actividad sana y edificante, uno de los parámetros para medir el grado de desarrollo de cualquier país.

Nuestros deportistas son buenos, y además nos dejan bien. El equipo de la Eurocopa no sólo ganó, sino que estableció un estilo artístico y elegante que puso en solfa las teorías mezquinas que tanto cuesta desterrar. Nadal paseó su condición de número uno del tenis mundial (nada menos) como uno más por la Villa Olímpica de Pekín. Contador es la esperanza de un ciclismo limpio, que ya es el único ciclismo posible. Tras ellos, o con ellos, están muchísimos más, que dan la mejor imagen posible de nuestro país y que nos permiten cada día hacer un periódico bonito y disfrutar con ello. Un millón de gracias.