Están bien, pero pueden estar mejor

Están bien, pero pueden estar mejor

En tiempos de guerra, la estrategia es la habilidad de saber emplear todos los recursos -militares, económicos, políticos y otros- de un país para lograr los objetivos que se persiguen en ese conflicto. Aplicada al fútbol, la estrategia es el conjunto de jugadas ensayadas en los entrenamientos, casi siempre partiendo con la pelota detenida, destinadas a desarbolar la defensa del rival, aunque vulgarmente a menudo todo se reduce a pensar en ellas como saques de esquina y poco más. Benito Floro, que presume de ser un estudioso en la materia, se detuvo de manera especial en la importancia del saque de banda en el fútbol ofensivo, aunque parecería más lógico pensar en esos casos en un error garrafal del equipo que defiende más que en méritos del atacante.

Nadie duda ya de la importancia que un detalle del juego adquiere en un partido de alta competición. En un fútbol donde cada vez resulta más difícil encontrar tiempo y espacios, las jugadas de estrategia cobran especial protagonismo; que se lo pregunten a Juande Ramos, que vio cómo el Real Madrid comenzaba a perder el clásico tras un saque de esquina. La llegada de Pep Guardiola al banquillo del Camp Nou ha supuesto un cambio en muchos aspectos, pero sobre todo en uno: el metódico ensayo de la estrategia, a lo que el técnico dedica el último entrenamiento previo a los partidos, casi siempre unas horas antes del pitido inicial. De momento, ha triplicado las cifras de Frank Rijkaard, aunque todavía le queda mucho camino por recorrer.