Juan de Dios ha sido el 45º presidente electo en 2008. Haber ganado a un presidente que se presentaba a la reelección -López Ricondo- es dificilísimo y dice mucho en favor de lo que pueda hacer al frente del balonmano. Es capaz de cualquier cosa, que por si él fuera pondría los partidos en día laborable y por la mañana si con ello se conseguían mayores audiencias. A De Dios se le puede aplicar el dicho de más sabe el diablo por viejo que por diablo, porque en el balonmano lo ha sido todo: maestro, profesor, lector y director de cursos, entrenador del Atlético de Madrid y Ciudad Real, seleccionador nacional y mundial, asesor a la presidencia del Ciudad Real; títulos tiene veintiuno; distinciones, catorce; libros, tres...
En el balonmano, Juan de Dios es una eminencia y por algo habrá nombrado seleccionador a Valero Rivera, quien dejó el balonmano hace cuatro años para dedicarse al asesoramiento deportivo, una manera de ganarse la vida organizando cursos, seminarios, jornadas, talleres y clinics, para lo que contaba con la eventual ayuda de Urdangarín. De Dios conoce bien a Rivera. Éste ganó más títulos que él -doce Ligas, ocho Copas, seis Copas de Europa, cinco Recopas...-, pero se pegó el gustazo de ganarle en el último partido que enfrentó a ambos: la Copa de 2003 con De Dios en el banquillo del Ciudad Real y Valero en el del Barcelona. Ahora le rescata para que supere su palmarés en la Selección: dos medallas olímpicas y tres europeas.
