A Diarra II le ha tocado sin jugar el Gordo de la Lotería

A Diarra II le ha tocado sin jugar el Gordo de la Lotería

Conviene refrescar la memoria al personal. Makelele se fue del Madrid al Chelsea por una simple cuestión de dinero. El tigre de Kinshasa sabía que su valor como futbolista en el Madrid de los Galácticos era superior al de su asumido rol de jugador "de perfil bajo". Florentino no quiso pagarle los cuatro millones de euros limpios que pedía para evitar que se disparase el tope salarial de la clase media de la plantilla. Y por eso el internacional francés se fue a hacerse rico a la jaula de oro de Abramovich. Desde ese día, Zidane no volvió a lucir su fútbol de jara y sedal. Le faltaba su fiel escudero y le tocó hacer los kilómetros que antes recorría generosamente su compatriota.

Lassana Diarra, mal aconsejado, intentó aprovechar las urgencias del Madrid para pedir café, copa y puro antes de pedir los aperitivos. Pensó que Mijatovic era el calvo de la Lotería con el Gordo debajo del brazo y pidió cobrar más que Pepe o Ramos. Un insulto a la cordura. Pedja fue un negociador astuto y jugó a desesperar a Diarra II, logrando que el Portsmouth le alinease el sábado ante el Bolton para hacerle ver que o se bajaba de la burra o se quedaba sin jugar en el paraíso del Bernabéu. Dicho y hecho. El clon de Makelele se fue a casa amargado al ver que el vil dinero le iba a dejar fuera del tren al que otros se suben gratis si es preciso. Rectificó, el Portsmouth ayudó y todos contentos. Juande ya tiene a su pitbull, que se une a un goleador genético como Huntelaar y a un jugón made in Valdebebas como Parejo. Sólo falta fichar un extremo diestro para luchar en 2009 por el auténtico Santo Grial: La Décima.