Sabe que llegarán las dificultades

Sabe que llegarán las dificultades

No es que esté sentado en un banco del Passeig de Gràcia esperando a que alguien se lesione, la pelota no entre, el equipo pierda la brújula y los rivales le superen en todos los sentidos. Aferrado a un éxito sin precedentes desde que comenzó la Liga, Pep Guardiola sabe que los ciclos están para cumplirse y que dentro del magnífico momento por el que pasan sus jugadores, seguro que aparecerá un mes negro, unas semanas complicadas y unos resultados inesperados.

Tan romántico del fútbol como estudioso del juego, Guardiola aprendió al lado de Johan Cruyff que para celebrar algo en mayo-junio antes debe caerte una buena colleja, escuchar alguna bronca de los tuyos y tomar alguna decisión complicada dentro del vestuario que conlleve unos días de polémica. Hasta el momento, Pep ha sabido torear como pocos, construyendo un discurso lógico, meditado (que no mediático), ordenado y sensato. Se siente bien así. Sabe que con discreción la meta estará unos metros más cerca cuando acaben los partidos. No alza el cuello buscando el banderazo final; queda mucho recorrido, una senda que no será tan sencilla como muchos creen.