Dakar 2009: un nuevo mundo

Dakar 2009: un nuevo mundo

El Dakar 2009 avanza por Argentina camino de Chile. La carrera descubre un nuevo mundo. África ya es territorio prohibido. África ya no es como hace treinta años; tampoco la carrera. Cuando el 26 de diciembre de 1978 doscientos participantes salieron de París camino de Dakar, la prueba tenía su razón de ser. Era una aventura por los países francófonos. Pero cuando ahora los coches que participan pertenecen a poderosas escuderías, cuando la inscripción cuesta 23.000 euros, cuando la repercusión del Dakar supone un escaparate para el terrorismo, cuando por motivos de seguridad la carrera acaba un año en Ciudad del Cabo y otro en El Cairo, cuando los GPS permiten atravesar raudos los desiertos, África ha dejado de tener sentido.

El Dakar se ha trasladado a los países iberoamericanos en búsqueda de terrenos similares a los africanos. El Dakar, de repente, se ha convertido en algo nuestro. Sainz, Roma, Coma se sentirán corriendo como en casa al escuchar el español en vez del francés o dialectos tribales. Menos aventura y más competición. Para pilotos como ellos es de lo que realmente se trata el Dakar. Sea en África, en Argentina o en la China. La aventura no es perderse, es no tener averías o accidentes. Por eso ir al límite es como jugar a la ruleta rusa. Siempre hay que guardar un margen de seguridad para no dañar el coche. Un percance puede suponer un retraso de horas en el mejor de los casos. Éste es el gran problema del Dakar. Lo demás, una anécdota.