Cruce para solventar en la ida

Cruce para solventar en la ida

El formato de la Copa, con eliminatorias que se dilucidan a doble partido, favorece que se recurra al tópico que adjudica la cualidad de decisivo al segundo. No obstante, hay rondas que quedan sentenciadas en la ida y también partidos de vuelta que resultan intrascendentes pese a que en la ida no se registrase un marcador concluyente. Hay de todo. En principio, lo correcto es pensar que se deben jugar 180 minutos como mínimo para resolver la ronda, aunque haya situaciones concretas que invitan a imaginar que los verdaderamente importantes son los primeros noventa.

En el emparejamiento que desde mañana afronta el Athletic, no puede obviarse que Osasuna cierra en la actualidad la clasificación de Primera División. En situaciones menos apuradas ya se ha cuestionado la idoneidad de gastar munición en la Copa. Por otra parte, resulta que enero encierra la trampa de que incluye dos eliminatorias, recargando el calendario hasta límites que no tienen parangón en el resto de la temporada. Desde la perspectiva de un colista, este último factor incrementaría hasta convertirlo en inasequible el precio de la disputa de este torneo. Siendo estas reflexiones bastante realistas, tampoco se puede saltar al campo mañana esperando que Osasuna se deje ir. De entrada, el partido se celebra en su campo y, aparte del once que ponga Camacho, quien juegue querrá hacerlo bien. Pero si el Athletic acierta y saca un buen resultado, entonces cuesta imaginar que Osasuna vaya a poner interés alguno en la cita de vuelta.