La prueba definitiva en El Molinón

La prueba definitiva en El Molinón

El Sporting superó con notable la primera prueba a la que fue sometido en San Mamés la pasada semana, en un ambiente de presión y frente a un rival con apariencia de haber dado por pasada la eliminatoria antes de jugarla, como si se tratara de una competición que sólo era de su competencia. Esa imagen de infravaloración que ofreció el entorno del club bilbaíno vino bien a los de Preciado, aunque el complemento fuese la imagen de concentración máxima y sentido de la anticipación que dieron los gijoneses en la Catedral. La gran incógnita es saber qué Sporting va a jugar esta noche. Si lo hace el de los últimos encuentros en El Molinón, en los que derrotó al Valladolid, en la Liga y en Copa, el pase a las semifinales estará más cerca. Si es el de Getafe, dirá adiós a la eliminatoria por la vía rápida.

Ahora llega la segunda parte de la película, en El Molinón, donde la presión será para los visitantes, lo que permite a la parroquia local no temer las lipotimias de Llorente sufridas en San Mamés con dos penaltis inexistentes y a la dureza no siempre deportiva de Aitor Ocio, denunciada por los delanteros sportinguistas. Aunque ese trabajo en el campo será para el gallego Bernardino González, que se presentará en Gijón sin su escarapela de internacional. Al margen de las triquiñuelas, lo que vale es el fútbol. El Athletic tiene más experiencia e internacionales. El Sporting está avalado por su ilusión, cierta calidad y El Molinón.