Valverde ha sido citado en Italia por su presunta implicación en la Operación Puerto. Es un golpe a la credibilidad de cómo hacemos aquí las cosas. Todo el mundo sabe que nos hemos alineado junto a los países de tolerancia cero para combatir el dopaje, que lo hemos declarado delito, que la Operación Puerto puso al descubierto la más cruenta trama conocida, que somos fieles aliados de la Agencia Mundial Antidopaje, que en España hemos creado la nuestra propia, pero a la hora de cercar a los culpables y a los tramposos no andamos muy listos. Algo nos falla. Prueba de ello es que de los 51 ciclistas implicados en la Operación Puerto sólo fueron sancionados cinco y ninguno español: Ullrich, Jaksche, Basso, Caruso y Scarponi.

Es evidente que en Alemania y en Italia son más ágiles. Aquí el juez no permitió extraer el ADN de las 51 bolsas de sangre identificadas, porque lo que se investigaba era un delito contra la salud pública, no de dopaje. Sólo accedió a la solicitud que le llegó desde Alemania e Italia, donde quisieron tener la certeza de que las bolsas pertenecían a sus ciclistas. En el asunto de Valverde resulta extraño que alguien en Italia pueda conocer el ADN de la bolsa que se le atribuye. Ésta nunca fue identificada, aunque sí se la relaciona con él. Pues si en Italia se demuestra lo que aquí no hemos sido capaces, preparémonos. Sin ninguna sanción y con 173 bolsas todavía sin identificar van a acabar pensando que somos unos encubridores.