El amuleto de la gran remontada

El amuleto de la gran remontada

Lo primero es lo primero. Casillas ha encajado un solo gol (el del iraní Nekounam) en los últimos 720 minutos. Llegó a parecer transparente (Numancia y Málaga le metieron tres goles en el Bernabéu y el Sevilla cuatro), pero Iker no tuvo la culpa de que el equipo estuviera roto, sin trabajar y con un balance defensivo propio de un club de la liga albanesa. Casillas tocó fondo, reconoció estar mal y sentirse a disgusto consigo mismo. Autocrítica digna de un ganador. Y regresó a casa por Navidad, como él dice en broma a sus colegas del barrio. Por eso conviene agarrarse a su clavo ardiendo, que empuñó en el alirón mágico de hace dos años...

Iker despertó al madridismo de su letargo emocional con una portada de AS en la que le salían las cuentas: "Real Madrid 76 puntos, Barça 75...". Pleno casi total. Bruja Lola. Creía. Tenía fe. Las cámaras de las teles le pillaban celebrando los goles agónicos de Higuaín y Roberto Carlos como si decidiesen una Champions. Casillas es un amuleto con guantes. Nació para ganar títulos. Después del Rey Raúl, será el próximo Príncipe de Asturias. ¡Porterazo!