Así no se levanta la Euroliga

Así no se levanta la Euroliga

Son encomiables los esfuerzos de la Euroliga por sacar su competición del desinterés general. Lleva tiempo dándole vueltas a su idea de que los mejores equipos tengan plaza fija. La idea no es mala, pero así no se levanta la Euroliga. Veamos: este año no ha faltado ningún gran equipo y la asistencia media a las canchas en la primera fase ha sido de 5.800 espectadores, según cifras facilitadas por los clubes y que suelen estar hinchadas; en la tercera jornada de la segunda fase, que ya comienza a ser decisiva, subió a 7.644. En cuanto a la audiencia en televisión y tomando como referencia a España, por ser el país con más equipos y reconocido como el de mejor baloncesto, los partidos son vistos por una media de 411.000 telespectadores.

Así no vamos a ningún lado. Pretender levantar el interés sólo con la presencia de los equipos comerciales es un error. Lo serán si la competición tiene interés desde el principio, pero si la comenzamos con una fase de diez partidos, donde para clasificarse se pueden perder hasta ¡ocho partidos!, caso del Prokom, mal vamos. Luego hay una segunda, y después un playoff de cinco partidos para, por fin, llegar a la Final Four, cuya final, por cierto, importa un pimiento en los países sin representantes. Ejemplo, España el año pasado: la final CSKA-Maccabi la vieron 354.000 personas. Será inevitable, pero imperdonable también es que para que ocho equipos accedan a los cuartos de final antes haya que jugar 128 partidos. Ese es el problema.