La venganza de 'Lo Pelat' se sirvió fría

La venganza de 'Lo Pelat' se sirvió fría

Una derrota sin paliativos. Y además con algunas circunstancias agravantes, aparte de la del árbitro, que hoy no sirve de excusa. Uno de los futbolistas favoritos de Cruyff, trasplantado al Espanyol, fabricó el fracaso. De la Peña, el ínclito Lo Pelat, pillo hasta para convencer al árbitro de echar a Keita, se ha tomado una venganza fría, y puso patas arriba al hasta ahora casi intacto prestigio azulgrana. Humilló al equipo y lo sacó de sus casillas. Lo hundió. Lleva cuatro años sin marcar y elige al Barça para ser su verdugo. Este Barça imprevisible de anoche perdió con el Numancia y ahora con el Espanyol, los dos colistas. Se cierra así un círculo que desemboca en un abismo. No hay atenuante para la derrota, que llega con la moneda en el aire. Y los blancos se frotan las manos.

El Barça jugó mal. Su desorganización mental está en la raíz de su fracaso, y el primer símbolo de ese desconcierto es el regalo personal de Valdés a Lo Pelat. Pero hubo un símbolo aún más inquietante, el de la desastrosa actuación de Messi, que ayer fue una gloria intacta. Tenía que ocurrir alguna vez, y sucedió en una noche que abre muchas metáforas para las aspiraciones del Madrid, lo que le añade sal a la herida que le ha abierto el Espanyol al Barça. Pero hasta el rabo todo es toro, no sólo para el Barça: los que cantan victoria, o por lo menos esperanza de tenerla, deben aprender de anoche. No hay enemigo pequeño, sobre todo si hay en el campo un tipo tan especial como ese menudo y afeitado que los barcelonistas llamaron Lo Pelat y que ahora tendrán que llamar El Verdugo.