Por fin sale el sol en Montjuïc

Por fin sale el sol en Montjuïc

Si lo de Tamudo hace dos temporadas fue el Polvo del Siglo lo de ayer se le pareció y mucho. Menudo partido, menudo Espanyol y menudos tres puntos en casa del rival de toda la vida. Desde el primer minuto vi a un Espanyol muy metido en el partido, maniatando al Barça y saliendo rápido a la contra. El planteamiento perico fue excelente en todas las líneas: en defensa magistral, hubo ayudas, generosidad, solidaridad... En fin, el encuentro perfecto para un entrenador. Esto, además de tres puntos, debe dar una moral infinita para afrontar lo que tiene el equipo por delante, que no es poco. Por lo pronto, quedan dos etapas del Tourmalet, la siguiente ante un Madrid que no estaba, pero que ayer demostró que, efectivamente, está. Le metió seis al Betis, curiosamente el rival que la jornada pasada le complicó la vida al Barcelona.

El asunto del día, además de la victoria perica en un campo donde no plantaba su bandera desde hacía 27 años, será el árbitro. Ya me perdonarán, pero el Espanyol ha tenido que ver en más de una ocasión (y de dos y de tres) cómo se quedaba con diez hombres por culpa de tarjetas rigurosas. El Espanyol ganó ayer por fútbol, por ganas y por ilusión. Tras el partido ante el Sevilla el perico se preguntaba a qué podía cogerse. La respuesta es sencilla y lo vimos ayer: a la ilusión, a las ganas y a no rendirse. Y, por supuesto, a gente como Tamudo y De la Peña, quien ayer me hizo vibrar y disfrutar, por fin, del juego del Espanyol. Sale el sol en Montjuïc.