Pernía, ¿y ahora qué hacemos?

Pernía, ¿y ahora qué hacemos?

Y no será porque no venimos advirtiendo, desde hace tiempo, que el desastre de la planificación deportiva del Racing lo puede arrastrar al caos. No hay ningún plan, todo se deja a la improvisaci se tira la moneda al aire y a ver qué sale. Hasta que te pilla el toro. Como es el caso. Al club le esperan unos meses muy complicados. Y es que la entidad está obligada a vender (o mal vender), antes del 30 de junio, futbolistas por valor de 14 millones de euros para no entrar en causa de disolución. Y ya no tienes un Zigic o un Garay que llevarte a la boca, para solucionar el problema de un plumazo. Porque Marcano y Toño son buenos, pero ahora su precio en el mercado no saca al club del atolladero. Tendrá que venderlos, sí o sí, y aún faltará dinero. Del resto, salvo Tchité, va a ser muy difícil sacar algo, aún malvendiéndole. Sin olvidarnos que, y ese es el gran problema, la plantilla está llena de cedidos en puestos claves que se marchan: Zigic, Pereira, Luccin, Valera y Garay.

Visto el panorama, es para salir corriendo. Equipo roto. Y ahora sí que ya no hay ni chistera, ni conejo. De los nueve cedidos que vuelven, todos se han ido porque no tenían sitio en la plantilla, y salvo Portilla, todos tuvieron sus oportunidades y no cuajaron. Y eso sin pasar por alto a los que están ahora en la actual plantilla pero que no cuentan en absoluto para Muñiz..., y hay unos cuantos. El club ha jugado con fuego estos dos años y medio; no ha tenido ninguna previsión, se ha ido a presupuestos por encima de los 50 millones de euros, los ha cuadrado vendiendo futbolistas, perdiendo así el mayor patrimonio del club. Ahora no hay ni futbolistas, ni dinero. Toca de nuevo tirar de la cantera pero, como siempre, por obligación, no por planificación.