De la convicción a la sensación

De la convicción a la sensación

Hace tiempo que se ha instalado en la parla futbolera la palabra sensaciones para referirse al talante con que un jugador, un técnico o un equipo afrontan su próximo compromiso. Por sensación se pueden entender dos cosas: puede ser la impresión sensorial que causa algún asunto o una corazonada o presentimiento. Cuando alguien se aferra a las sensaciones deja de lado una buena porción de la razón, por no decir toda; en ese terreno no valen los argumentos lógicos, porque lo que manda es el feeling.

El barcelonismo ha pasado en poco más de una semana de la convicción a la sensación. Lo que hasta antes del partido contra el Betis era la certeza de estar ante un equipo que jugaba como baila el Bolshói, la convicción de que cualquier baja resultaba un accidente sin importancia y la desdeñosa mirada hacia los perseguidores en la Liga, hoy se ha transmudado en un rosario de dudas e incertidumbres. ¿Sobrevivirá el Barça a la baja de Iniesta? ¿Valdés seguirá cometiendo errores? ¿Messi está de bajón? ¿Etoo ha desestabilizado otra vez el vestuario? ¿Por qué ya no golean como antes? Nada de esto pasaría si el Real Madrid siguiera a 12 puntos. Eso es lo que ha cambiado.