Soñemos por un momento. Los del Atlético somos los mejores en estas lides. Nos pasamos la vida soñando. Un día nos imaginamos que ganamos en el Bernabéu. Y de penalti en el último minuto como hizo el Madrid en la ida de Liga. Otra vez nos vemos jugando una final de Champions. Sería lo máximo. A veces cerramos los ojos y pensamos en una tarde mágica, con goles y buen juego, derrotando al mejor equipo del momento. Soñamos con dar el campanazo. Luego llega la cruda realidad y vivimos el día a día, mucho más difícil para nosotros que para otros.

Pero hoy podría ser una de esas tardes que tanto ansía la afición rojiblanca. El comienzo pondrá un nudo en la garganta a todos, con un recuerdo al pequeño Diego Alcalá. Luego la afición animará y apoyará. Y el rival también propicia esa especie de magia que rodean estos partidos, ya que el Barcelona es diferente a todos: o te resucita o te termina de hundir. Soñemos por un momento que el Atlético es capaz, por fin, de ganar un partido este año a los grandes. El año pasado este partido nos colmó de felicidad. Ahora la necesitamos más que nunca.