Si Karim Benzema cuesta, según su presidente Jean-Michel Aulas, cien millones de euros, es que alguien debe haber pensado en pagar semejante desmesura. O quizás sólo sea cosa de los hacedores de rumores, de directivos interesados en que el precio suba, a mayor gloria de los representantes, para satisfacción de las firmas comerciales que siempre van tatuadas a la piel de los cracks (o sucedáneos). Si Benzema, que es titular indiscutible, lleva 17 goles en una Liga menor como la francesa, ¿cuánto vale este Bojan Krkic que apenas recibe migajas pero aun así se las ha apañado para marcar nueve chicharros?

Bojan no es titular indiscutible porque, como él bien dijo ayer a los colegas de Efe, ha tenido como regalo el caramelo envenenado de coincidir con tres de los mejores delanteros del mundo. En cualquier otro equipo de primera línea estaría peleando cuerpo a cuerpo por un lugar bajo el sol. Pero detrás de un Etoo con números de Bota de Oro, de un Messi indiscutible y del redivivo Henry, a Bojan le ha tocado chupar rueda del tridente. Pese a esto, es el cuarto mejor goleador de la plantilla. Y nunca un mal gesto, nunca un reproche. Si en verano le fichan a otro nueve Bojan tendrá que irse, porque ya está en edad de tener continuidad. Si se quedase cometería un error.