Parece evidente que Juande Ramos no seguirá como entrenador del Real Madrid la temporada que viene. El gran favorito de las elecciones a la presidencia, Florentino Pérez, piensa en otras personas para ocupar el banquillo blanco. Juande ni siquiera entra en las lista de posibles. Incluso, el técnico dijo hace poco en un encuentro con la prensa extranjera que la renovación automática de su contrato, en caso de ganar un título, no iba a ser un problema si el nuevo presidente no contase con él. Sabrá irse bien. Pero hasta este inevitable relevo, Juande Ramos es el legítimo entrenador del Madrid y actúa como tal sin pensar más allá del 31 de mayo. Hubiera sido más fácil para él no meterse en líos y no castigar a Guti.

Pero Juande ha demostrado un gran coraje al romper de esta forma algo parecido a un tabú. Se ha atrevido a hacer algo que muchos otros habían deseado, pero que no habían sido capaces. Eso demuestra que el técnico cree de verdad que se puede ganar la Liga y no quiere que la actitud poco constructiva de Guti pueda ser un problema para la cohesión del grupo (algo imprescindible para conseguir la remontada). Con este mensaje de autoridad, Juande Ramos se está ganando el sueldo. Como si estuviera destinado a quedarse mucho tiempo.