No fue el Liverpool pero casi

Fue el Madrid a Atenas a jugar el primer partido de los playoff de la Euroliga y se encontró con un equipo parecido al Liverpool; no sólo porque también jugara de rojo. Ya en el primer cuarto, incluso menos, se vio quiénes eran los buenos. Jugando el mejor cinco griego contra el mejor cinco madridista, se apreció diferencia por la simple razón de que los jugadores del Olimpiacos son mejores que los del Madrid. Jugadores que el año pasado fichó el Olimpiacos como podía haberlos fichado el Madrid. Vujcic y Halperin, procedentes del Maccabi, sobre todo. En el primer cuarto le metieron al Madrid 18 de los 28 puntos. Después a Giannakis le entró el ataque de entrenador, les sentó y ya no volvieron a ser los mismos.

Son las cosas del baloncesto moderno. Intereses superiores y ocultos a los de tener en la cancha un pivot que en 10 minutos sea capaz de meter 13 puntos, mandan. Resulta que el Olimpiacos ha hecho un equipazo, ha fichado incluso a Childress, un jugador NBA que cobra más que cualquier jugador del Madrid de fútbol, menos Raúl y Casillas, y ayer apenas luce entre tantas rotaciones. Rotaciones que dieron la vida al Madrid, porque el partido se puso raro. Los cinco menos malos del Madrid lo hicieron bien, los del Olimpiacos se atascaron y en el tercer cuarto se pegaron un susto de muerte. Pero como son buenos de verdad y tienen a Papalukas en la recámara, al final ganaron que era de lo que se trataba. No son el Liverpool, pero casi.