Calendario fácil, nadie se fía

Si los designios de este equipo se pudieran medir con algo de lógica cabría llenarse de optimismo mirando el calendario y pensando en meterse otra vez en la Champions porque de los diez partidos que restan ocho son ante rivales que están situados de mitad de la tabla hacia abajo. Pero, desgraciadamente, nada de lo que sucede en el Atleti es normal ni tiene que ver con la razón y la última muestra de esta singular filosofía tuvo lugar antes del parón, en Mallorca. Ahora, de nuevo, las dudas asaltan la perspectiva del camino que queda. El seguidor atlético tiene claro a estas alturas que no puede fiarse y que va a estar en el alambre hasta el final. No puede fiarse de un equipo capaz de tutear a Barca, Madrid o Villarreal que luego se borra ante el Mallorca.

Y tampoco se fía de un entrenador como Abel Resino, que en algo menos de dos meses ha cometido algunos errores que han dilapidado buena parte del caudal de ilusión que acompañó su llegada. A mí personalmente me ha decepcionado su falta de humildad en el manejo del vestuario ignorando que la suya es una oportunidad tan grande como transitoria, que recomienda pedir ayuda a todos y no tratar de imponer una autoridad que aún no tiene como entrenador. Luego ve enemigos donde no los hay porque etiqueta como tal a todo aquel que no sintoniza con su discurso en un triste alarde de intolerancia. Los que le conocen no lo reconocen, ojalá tenga un ataque de sensatez que le haga replantearse el asunto y no sea demasiado tarde.