Están así gracias al carrusel

Están así gracias al carrusel

Las rotaciones siempre tienen tantos adeptos como detractores. Los nostálgicos de otras épocas, cuando el fútbol era menos espectáculo y más deporte, los partidos se espaciaban en el tiempo y los jugadores debutaban y se jubilaban en el mismo club, defienden que un equipo debe poseer una alineación recitable de carrerilla. Los modernos, los criados a la lumbre de lo mediático y el oropel de las grandes empresas, defienden la conveniencia de mover el banquillo.

Pep Guardiola apostó por el carrusel de cambios, hasta el punto de que hasta ahora ha sido imposible adivinar sus alineaciones de un partido al siguiente. Y le ha salido muy bien. La capacidad para transmitir una idea, la tenacidad para exigir el máximo compromiso de cada jugador y la inercia ganadora a partir de la tercera jornada de Liga han llevado al Barça de Guardiola hasta donde está, en disposición de calzarse la triple corona. Ahora se han acabado las guardioladas, como el propio técnico aceptó bautizar sus a veces discutibles rotaciones. Ahora serán Messi, Xavi, Iniesta, Etoo, Alves, es decir, los cracks, los mejores, y serán casi siempre. Ahora no rota nadie.