Qué más se puede decir de Juande...

Qué más se puede decir de Juande...

Qué mas se puede decir de Juande. Como ocurre con el potencial devastador de Nadal, en Sevilla se acabaron los elogios para definir el paso triunfal de este entrenador por Nervión, que volteó la historia de un club centenario. La entidad dormía en el cajón de la vulgaridad desde la década de los 40 y él engrandeció y le dio sentido al proyecto ambicioso de Del Nido. Nada se hubiese hecho sin el arrojo presidencial, pero él le dio sentido a la ambiciosa aventura.

Juande confirmó que las excusas sólo son el recurso de los mediocres. Jamás las utilizó. Demostró que con diez también se pueden ganar los partidos, cómo los cambios pueden variar el destino de un encuentro, cómo se sorprende al poderoso Barcelona en la final de la Supercopa de Europa. Dio una lección acerca de la fórmula para manejar una plantilla en tres competiciones. Y, sobre todo, acabó con los prejuicios para inyectarle al Sevilla mentalidad ganadora. Jamás se arrugaba. Siempre jugó a ganar, con espectáculos sorprendentes. Eso es lo que enloqueció a la afición sevillista, a la que dejó tocada. Con él se marchaba la gloria, el éxito, el buen fútbol, la esperanza de alargar el sueño. De ahí el dolor por su marcha.

Su único pecado fue ser un técnico incómodo, dispuesto a ironizar con fichajes incomprensibles. No encontró el reconocimiento a tanta grandeza creada y chocó frontalmente con el carácter presidencialista del club. Él sabe perfectamente que su fuga inesperada era injustificada y las formas, inaceptables. Pero el Tottenham le ofreció la oportunidad de cortar una relación con Del Nido que se había atragantado. Esa es la pura realidad. El dinero le animó a dar el golpe definitivo en un claro enfrentamiento personal que iba a más. En lo deportivo, qué más se puede decir de Juande...