El Madrid está en liquidación
Jugar contra el Madrid de baloncesto está resultando una bendición. Al Barcelona le ha valido para aumentar la autoestima tras haberle ganado cuatro veces en cuatro meses; al Oympiacos, para meterse en la Final Four; al Estudiantes, ayer, para salvarse del descenso cuando lo tenía negro negrísimo, porque tras el Madrid le llegaban el Cajasol en Sevilla y el Tau. No diré que el Madrid le hiciera un favor intencionado al Estudiantes, pero sí que el Madrid hizo un partido horrible, espantoso, de los peores que se le puedan recordar. A los datos me remito: 61 lanzamientos a canasta fallados, 27 faltas cometidas y 17 balones perdidos. Salen cien acciones que se fueron al limbo. Y eso en tan sólo 40 minutos. Fue un milagro que lograra meter 63 puntos.
Un milagro gracias a los rebotes de Reyes, que dieron oportunidad al Madrid de tener una segunda oportunidad en los lanzamientos fallidos. Y a que Bullock enmendó en el último cuarto su discreta anotación. No es por Reyes y Bullock y el Madrid estaría ahora mismo, desde luego fuera de los play off y quizá hasta jugando por no descender. Ayer Bullock tuvo que jugar 39 minutos y Reyes, 34. Plaza no quiso entrar en su juego de las rotaciones ante el Estudiantes. Jugó con todo lo mejor que tenía, a costa de que Winston y Van den Spiegel no salieran ni seis minutos. Como si sabiendo que él no va a seguir, quisiera poner al Madrid en liquidación. Se quita a Reyes y Bullock, y los demás sobran. Hasta ha logrado que Llull sea uno más del montón.