Era mi rival para los Premios del Deporte y también amigo

Era mi rival para los Premios del Deporte y también amigo

Joaquín Blume era un gran deportista y una gran persona, un fuera de serie a la altura de lo que actualmente representa Rafa Nadal. Nadie, excepto un ciego, puede decir ahora una mala palabra de nuestro ejemplar tenista. Pues lo mismo pasaba entonces con Blume. El primer recuerdo que me viene de él es que era mi rival para los Premios Nacionales del Deporte. Además de ser cuatro veces finalista, obtuve dos distinciones: en 1954, tras ganar por primera vez la Montaña del Tour de Francia, y en 1959, cuando me convertí en el primer español que triunfaba en París. Blume ganó otros dos (1956 y 1957). Por desgracia, en 1959 ya no pude competir con él, porque murió en un accidente. Fue un golpe muy duro para el deporte español. Aquel 29 de abril yo me encontraba disputando la Vuelta a España en Alicante y estaba segundo en la general, cuando por la noche me comunicaron la noticia unos periodistas. Me afectó mucho, pero intenté no descentrarme de la carrera.

Blume y yo nos habíamos conocido en Barcelona. Yo estaba en el club ciclista y él se entrenaba en un gimnasio. Nos veíamos en instalaciones y eventos deportivos, porque en la España de entonces sólo se podía hacer deporte con garantías en Barcelona y allí nos reuníamos los mejores. También recuerdo a Fred Galiana. Teníamos una relación muy cordial, sin llegar a ser íntimos. Solíamos hablar de nuestros respectivos deportes. Ser gimnasta en aquella época era algo bastante extraño, fue un pionero. El ciclismo, sin embargo, era un deporte muy seguido. A Joaquín le gustaba mucho y, por supuesto, era bahamontista.