Jiménez no es el Sevilla

Jiménez no es el Sevilla

Jiménez es ególatra y desconfiado. La veneración que siente por sí mismo más el mecanismo defensivo que su mente activa contra el exterior le hacen pensar que el mundo gira contra él. Cuando el Sevilla fichó a Luis de La Fuente, decía por las esquinas que el club quería echarlo. Cuando un compañero le daba un pase comprometido, le recriminaba que estuviera jugando con su futuro. Dilapidó todo lo que olía a Juande Ramos. Si la afición le pide que se vaya, se revuelve contra el malvado periodismo.

Jiménez produce hastío reafirmando diariamente su sevillismo y su pasado como jugador, olvidándose de que su único papel es en-tre-nar al equipo. Lo demás son lazos decorativos. Ha llegado a pensar que él es el Sevilla y que criticarlo era ir contra la historia de la entidad. Su facilidad para apropiarse del protagonismo le estalló el pasado fin de semana en la cara. No es bueno que un entrenador sea siempre noticia. Mala señal. El duelo en Villarreal vuelve a ser una final para el de Arahal, pero no para el equipo. El Sevilla podría rehacerse en el tramo final. Pero... ¿resistiría Jiménez otra embestida?