Touré-Piqué: silenciosos y necesarios

Touré-Piqué: silenciosos y necesarios

Sólo el declarado madridista Rafa Nadal hubiera estado capacitado para levantar el 2-6. Increíble. Con una plasticidad nacida de un aparente juego simple al pie, con una transición tan complicada en la ejecución como sencilla para analizarla desde la butaca, con el hambre y la motivación necesarias para humillar al eterno rival en su estadio, el Barça hizo historia en Madrid. Callaron los hinchas blancos y decidieron abandonar su localidad antes de tiempo, puesto que la patada en el estómago estaba siendo demasiada dolorosa.

Los elogios se los llevarán Xavi, Iniesta, Henry, Messi o el últimamente torpón Etoo. Lógico, son las estrellas. Pero es justo que se resalte a Piqué y Touré. ¡Vaya dos bestias! El africano lo cortó todo, comenzó las jugadas con sus habituales cesiones cortas y siempre pudo con Gago y Lass. Touré acostumbra a no complicarse la vida, a realizar su función con éxito y es una de las piezas clave en la columna vertebral del esquema de Guardiola. Algo similar a Gerard Piqué. Socio del Barça desde que nació, el defensa pide responsabilidades, algo que su entrenador valora y le responde con confianza. Ayer no sólo defendió, sino que tuvo el acierto de culminar una jugada que él comenzó desde atrás. Son dos tipos silenciosos, pero ahí están, siendo muy necesarios.