Ferguson espera aún su momento

Ferguson espera aún su momento

La actitud de Cristiano Ronaldo sólo se explica de una manera: fue una demostración pública de que hay algo que no funciona, que se le está faltando el respecto. Está preparando su salida. En un rápido sondeo de opinión (por mensaje) entre algunos entrenadores de la Premier que conocen bien a Alex Ferguson y al Manchester, la conclusión fue unánime: "Fue exagerado, innecesario desde el punto de vista del equipo. Igual es que tiene otras intenciones". El portugués, cuando Sir Alex le comunicó su sustitución en un parón de un partido que ya se ganaba con un cómodo 2-0 y con media hora por jugarse, tuvo tiempo de pensar su reacción: bebió agua, movió la cabeza y pensó en aprovechar su momento. Tiró el chándal, habló para sí mismo (en inglés, que curioso) y todo fue recogido por las cámaras de televisión. Muy oportuno. Muy bien ejecutado.

El preparador escocés dijo tras el partido que le gusta que sus jugadores se enfaden. Poco más podía explicar porque le pilló por sorpresa. Le puso una mano en el hombro cuando le anunció que le iba a sacar del partido pero, al darse cuenta de que Cristiano iba a aprovechar la situación, se alejó de la escena. Le cedió el momento, emitido en Sky Sports y repetido posteriormente 'ad nauseum' por Sky Sports News. Pero todos los entrenadores consultados sugirieron algo parecido: Ferguson no ha dicho la última palabra. Cuando el luso se vaya lo hará siendo el malo de la película, de eso pueden estar todos seguros. De momento, Ferguson le necesita y le mecerá la cuna hasta que vuelva a jugar para el equipo, a marcar. A ganar un título o dos. Y luego el escocés concluirá la guerra (tan obvia, tan pública, con motivos tan evidentes) como decida él.