El ingenio vale más que el dinero

El ingenio vale más que el dinero

Saliendo de Montmeló, un niño curioso preguntó: "Papá, ¿por qué Alonso ya no gana?". "Es una mala racha, no se puede ganar siempre", contestó su padre. La ambición de Fernando volvió a chocar ayer con el muro de la realidad. Aunque el R29 va creciendo, aún es un gato luchando contra leones. Ser quinto es lo máximo a lo que podía aspirar e incluso más de lo que esperaba (el regalo de Massa no entraba en los planes). Tras una carrera técnicamente impecable, exprimiendo el coche al límite, el dominio de Brawn y Red Bull le impidió llegar más lejos. Cientos de ingenieros de Renault se afanan en descubrir las cinco décimas que le separan del podio como si fueran buscadores de oro en California a mediados del siglo XIX, pero el tiempo se agota y el tren se escapa. 32 puntos son un abismo.

La carrera que tanto podía cambiar no cambió nada. McLaren naufragó con estrépito, Ferrari fue más allá del ridículo en un fin de semana humillante para ellos, pese a la gran progresión del coche, y Brawn continúa su implacable tiranía. Ya acumula ¡el doble de puntos que Ferrari, McLaren, Renault y BMW juntos! Su gestión es un monumento a las cosas bien hechas. En cinco carreras llevan cuatro victorias y dos dobletes, su fiabilidad es absoluta y las estrategias perfectas aunque dirigidas (relegaron al dócil Rubens Barrichello en favor de Jenson Button, erigido en bandera de la escudería). Hay quien considera menos fascinante ver liderando el Mundial a dos equipos de segundo rango, pero lo merecen más que nadie. El trabajo y el ingenio, a veces, valen más que el dinero.