Todo puede cambiar con el agua

Pues dicen que va a llover. O sea que el GP de Francia volverá a ser otra adulteración de la esencia de las carreras de motos: que gane el que sume más rapidez e inteligencia. Eso quiere decir que la banda de los cuatro de MotoGP puede que se encuentre con algún iluminado que tenga su día en agua y, por tanto, una de las escasas oportunidades de brillar realmente. Parece claro que la pelea de todos los que no se llamen Rossi, Stoner, Pedrosa o Lorenzo consiste en intentar ser quinto. En Jerez, el cuarto llegó, tras la caída de Lorenzo, a medio minuto. Un poco deprimente. Pero bueno, en la parte positiva, igual el agua posibilita muchos adelantamientos, algún extraño y maravilloso equilibrio, y todas esas cosas que antes eran habituales en la categoría reina. Tal vez, sólo tal vez, la clave sea Pedrosa. ¿Veremos al Dani calculador o al que nos dejó fascinados el año pasado en Alemania marcando cinco vueltas rápidas consecutivas en agua antes de caerse?

E n 250, pues casi lo mismo. La ya habitual lista formada por Aoyama, Bautista, Barberá y Simoncelli se verá modificada. La pregunta es, ¿quién será el Debón de este año?. En 2008, el acierto eligiendo los neumáticos y la puesta a punto hizo posible el paseo que se dio Álex. A tomar nota. Lo más divertido lo veremos en 125. Muchos pilotos con muy poco que perder. O lo que es lo mismo, pocos con mucho que perder. Puede organizarse un lío genial, ya que la mayoría se la jugará. ¡Victoria o caída! Sólo faltaba que dominara un piloto como Smith hizo en Jerez. ¡Hasta ahí podríamos llegar!