Lo mejor de esta etapa es que ha dejado las cartas más claras. Hemos visto que Di Luca está en una gran forma. Ha estado fuerte y valiente y ha ganado las dos etapas más importantes de lo que va de carrera. Por contra, que Basso y Leipheimer, que aparecían como los máximos candidatos, no han estado a la altura de esa etiqueta cuando llegan las montañas más duras. Y lo que más me ha gustado es que Carlos Sastre está entre los más fuertes de este Giro de Italia. Antes de empezar ya le veía como candidato al podio. A partir de hoy empiezo a pensar que puede llegar a cualquiera de los tres escalones. Sastre no falla nunca en una carrera de tres semanas y puede aspirar a todo.

Me ha gustado ver como Armstrong sigue mejorando y no le vamos a ver arrastrarse. Pero me preocupa, porque estoy viendo que va a llegar al Tour como un tiro. Lo que le falta lo va a coger de aquí al final del Giro. Y esa no es una buena noticia para los corredores españoles, en especial para Alberto Contador, que tiene a Armstrong en su mismo equipo, en el que el texano es el amo y el íntimo amigo del director, Johan Bruyneel. Me temo que Contador se va a encontrar con muchas trampas en el camino.