Míchel y el cuajo de un Primera

El Getafe se jugaba la vida y a lo que se vio en el campo el Racing también... Cosas de las rivalidades que nacen, crecen, se alimentan y hasta provocan llamadas a la venganza alrededor del fútbol. Así que con el recuerdo de aquella polémica semifinal de Copa con el gol del ayer ausente Casquero, el Geta tuvo que atarse los machos y aguantar a pie firme a sus motivadísimos rivales y a toda la familia racinguista, en especial a las primas más cercanas... Cantabria entera había celebrado ya su más que merecida salvación y el gol de Toni Moral le ponía la soga en el cuello al Geta, que pasaba a depender de un golpe de última hora en cualquier otro estadio, por ejemplo en el del Betis.

Lo de Santander fue cosa seria, un partido de verdad, y ahí estuvo el mérito y el cuajo de equipo de Primera del Geta. Funcionó la conexión blanca Soldado-Granero y el gol del cerebro, al que Míchel supo darle mando en plaza alejándole de la banda derecha, resultó decisivo, vital, y remató un año difícil, como recordó frenando la euforia en el vestuario el gran capitán Belenguer. Y enhorabuena a Míchel, que se la jugó al cinco y azul (ocho puntos en sus cinco partidos), que agitó bien la coctelera de veteranos y noveles y que se ganó delinear el siguiente proyecto azulón. En Primera, sí señor.