La humildad y Belenguer

La humildad y Belenguer

Pasado el susto, conviene advertir que las reacciones de humildad al peor año del Geta en Primera no sobran y me alegro que el primer paso lo diese el presidente. Ni era la mejor ni la más compensada plantilla de la historia. Víctor trabajará mucho, pero no es entrenador para el Coliseum. No debió venir, o debieron despedirle antes. La afición se durmió en Múnich más de medio curso. Casi ningún futbolista rindió a su nivel y en la Prensa no hubo crítica suficiente para un año de pena (lo dijo el capitán y yo lo secundo).

Y de repente, un mes lo cambió todo. La marea azul dio una lección magistral, Míchel unió un vestuario que parecía el ejército de Pancho Villa, aparecieron los futbolistas, Torres bajo al barro y el equipo se salvó. Sirva para afrontar con humildad el sexto curso. Con Belenguer, por favor. El gran capitán es el hombre que más ha aportado a este club desde el campo, en el vestuario y en sus actos. Su continuidad es la primera muestra de que algo está cambiando. Si todos aprendimos de esta pesadilla con final tan feliz, esperan más años de alegrías y crecimiento.