Admito mi incredulidad sobre los proyectos españoles para escuderías de F-1. No es que dude de la solvencia de sus promotores, Campos y Villadelprat, pero se me hace muy cuesta arriba pensar que en los tiempos que corren hay inversores dispuestos a gastar un mínimo de 45 millones de euros por temporada, una cantidad que ya hasta nos suena a poco, pero que es muchísimo. Yo sigo traduciendo a pesetas ciertas cifras que se escapan de mi entendimiento financiero (que no va más allá de la calderilla de bolsillo), y cuando pienso en 7.500 millones de nuestra antigua moneda, para empezar a hablar, se me ponen los pelos como escarpias

Por eso me anima que Villadelprat asegure tener presupuesto para afrontar el desafío de los grandes premios. Porque si hay dinero, habrá proyecto. Lo demás sí que es una realidad incuestionable: la experiencia del promotor de la idea, su capacidad técnica, unas instalaciones modélicas, tecnología de última generación En ese sentido sí que creo que Epsilon Euskadi está perfectamente preparada para coger en marcha el tren de esta nueva F-1 que quiere Mosley. Así que si la escudería ha encontrado un paganini, el sueño de un equipo español en la élite está mucho más cerca. Saldremos de dudas el próximo día 12.