El 'tsunami' está aún por venir si nadie lo remedia

El 'tsunami' está aún por venir si nadie lo remedia

El mapa meteorológico de la F-1 apenas cambió en Estambul. Sol radiante en Brawn (el insaciable Button continúa de paseo), despejado en Red Bull (cerca de la excelencia pero lejos del título), nublado en Ferrari (a años luz de su historia y prestigio), cielo gris en BMW (tímida progresión de los grandes defensores del KERS), tormenta en Renault (pésima evolución y lastimosa carrera con Piquet antepenúltimo y Alonso llegando ¡a 31 segundos de Nico Rosberg y a 35 de Trulli!) y lluvias torrenciales en McLaren (el más listo fue Ron Dennis saltando del barco antes del naufragio). Sin embargo, el gran tsunami está por venir si alguien no lo remedia con urgencia. Ocurrirá esta semana y afectará de lleno al futuro inmediato de este deporte. Hay mucho en juego.

Salvo Williams y Force India los equipos están hartos de que Mosley les someta con sus imposiciones dictatoriales y de que Ecclestone les toree con su desmedido abuso en el reparto del dinero. Por eso han decidido ir a la guerra aunque el precio a pagar sea muy caro. Van en serio, pero no creo que Mosley quiera pasar a la historia como el enterrador de la F-1 tal como la conocemos ahora. Su terquedad enfermiza puede hundir a organizadores, televisiones, patrocinadores... Un Mundial sin los grandes será la UEFA del automovilismo y él lo sabe. Si continúa aislado en su trinchera, la bomba explotará y la onda expansiva será terrible. Dicen los que le conocen que es un tipo inteligente. Si le queda algún atisbo de ello sabrá frenar antes de estrellarse. La sensatez le obliga.