La injusta Ley del Deporte

La injusta Ley del Deporte

¿Es injusta la Ley del Deporte? Injusta de toda injusticia. Discriminatoria y cínica, la dichosa Ley nos envía de un papirotazo sellado por las Cortes hasta los repugnantes usos caciquiles del siglo XIX, el privilegio para los poderosos, el trágala para los demás. Por su efecto, los dos clubes que debían haber ido a la cabeza de la peregrinación de los dos deudores, se salvaron de ir al Registro y empezaron a dictar. Por ahí andan, en las portadas, que esa es otra, comprando todo lo que se mueve.

Mientras, con la excepción de un par de ellos que servían de disimulo para camuflar la tropelía, todos los equipos de la Liga de Fútbol Profesional pierden su condición original y la soberanía de sus socios para transformarse en sociedades anónimas deportivas y de los grandes expresos europeos: colección de desastres. Los señores políticos consultan ahora a los presidentes. Para encontrar el camino limpio basta con una sesión, la que decida si todos como sociedad, o ninguno. Ninguno, es más hermoso. Y más difícil, se necesita un coraje legislativo poco común. Pero la otra como mínimo, hasta encontrar más luz, es urgente.