El estadio se ha quedado pequeño

Apenas dos pequeños golpes en el mercado, el de Asenjo y el de Juanito (este segundo ilusiona bastante menos ), y la afición rojiblanca vuelve a responder. Conste, además, de que a diario muchos colchoneros de a pie me recuerdan que últimamente les da miedo abrir el periódico porque cada día se desayunan ventas de Agüero o de Forlán. Pero ni eso les echa para atrás. El corazón atlético no entiende de amortizaciones de fichajes ni de cuadrar balances ni de niveles de endeudamiento, solamente de empapar la camiseta. Sólo eso le pidieron a sus jugadores y sólo eso fue necesario para que ya la campaña pasada se llegara al récord de 49.000 abonados. Este año ya hay 2.000 hinchas en lista de espera y eso que Pitarch y cía apenas han movido ficha.

Esta temporada se consumará la cifra de 50.000 abonados y, aunque no lo crean, esto es un problema. El Vicente Calderón se ha quedado pequeño. Apenas le quedarán unas 4.000 entradas en papel a los aficionados, una cantidad insignificante como ya se comprobó durante el último ejercicio cuando transatlánticos europeos como el Liverpool o el Oporto visitaron la ribera del Manzanares. El nuevo estadio ya no es un proyecto de crecimiento, es una urgencia y si no que se lo expliquen a la gente que se quedará fuera cuando en cuartos de la próxima Champions venga un Inter, un Manchester o incluso, por qué no, un Madrid, y no pueda desgarrarse la garganta por los suyos. Sin duda, es algo que esta afición no se merece.