Laporta ya no está tan tritranquilo

Laporta ya no está tan tritranquilo

No hay día que pase sin que Joan Laporta muestre su nerviosismo: ve un micrófono y pierde el oremus. El postpartido a la temporada que debería provocar la tritranquilidad a los culés se ha convertido en una pesadilla. No puede tolerar el presidente azulgrana el sosiego con el que Florentino mueve su chequera para reforzar al equipo con cracks mundiales, como Cristiano y Kaká. Le fastidia más a Laporta soportar esta vorágine mediática que ha sabido acaparar Florentino Pérez que si le sentaran en una silla y le arrancaran de cuajo las cuatro muelas del juicio.

Da la sensación de que a Jan le moleste ver que hay presidentes que sí que trabajan por el bien de sus clubes. No se cansó de incordiar a Josep Lluis Núñez, al que le presentó una moción de censura; ahora le irrita, como le aturdió en el pasado, la figura del ser superior. Es cierto que en 2003 cayó la era galáctica, justo cuando se presentó en sociedad como un presidente modélico y con buena figura; pero no hay que olvidar que el equipo culé lo lideraron Ronaldinho y Deco: ¿los trajo él o fue Sandro? ¿Podrá Laporta con Rosell y Florentino? Mejor que vaya acostumbrándose.