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El culebrón visto desde los hechos y desde la lógica

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El caso Villa reclama una revisión. Recapitular para entender mejor. Verano 2008. El Madrid intenta fichar al futbolista, pero la indecisión del comprador (racanería, según se mire) y los recelos del Valencia frustran la operación. Como consecuencia, el jugador renueva hasta 2014. El panorama cambia en menos de un año. Los problemas económicos del Valencia le fuerzan a asumir la venta de futbolistas. Villa está entre los transferibles y el Madrid negocia por él. Ofrece 25 millones y Negredo, valorado en 18. Alcanzado un pacto verbal, Llorente se echa atrás. Rechaza la cotización de Negredo y considera un agravio que Villa no merezca un desembolso más generoso, conocido el gasto por Kaká y Cristiano. El ambiente se envenena y Florentino habla en Canal 9. Se rompe la negociación y, tras una semana de silencios, el Madrid ficha a Albiol sin discutir una coma. Raro, convendrán.

El repaso de los hechos nos permite suponer que Villa, este verano, dio el visto bueno a la oferta del Madrid, pues sería extraño que las negociaciones avanzaran sin su acuerdo. Se puede concluir, por tanto, que el futbolista se sintió atraído por el proyecto de Florentino (deportivo y económico) y contrariado cuando se interrumpieron los contactos. Es por entonces cuando el jugador dijo que tenía "una decisión tomada".

Y tras las deducciones, las opiniones: me cuesta creer que, desde ese punto hasta hoy, Villa haya decidido irse al Barça. Me resulta difícil pensar que no corresponderá a la insistencia del Madrid. Y estoy igualmente convencido de que el fichaje de Albiol tiene que ocultar una operación de mayor calado porque no imagino a un Florentino tan manso. Sí, apuesto a que Villa jugará en el Madrid, pero advierto una cosa: yo suspendí lógica.