Se la lleva el viento. El 'caso Zaccheroni' es una prueba más. Nada que nos sorprenda, por otra parte. Es la selva. Vale todo. La Cadena SER adelantó el pasado 11 de junio el apretón de manos entre el italiano y Pernía en un hotel de Barcelona, a la espera de rescindir el contrato a Muñiz. Y no fue, como se ha querido vender desde el propio club un encuentro más con un entrenador, no: se dieron la palabra. El propio representante del entrenador, Gregorio Muñoz, confirmó ese acuerdo. Pero, en el mismo momento que la SER adelantaba la noticia, Zaccheroni dejó de ser el entrenador elegido. Esa fue su condena. Dos llamadas a las altas esferas y roto el apretón de manos; simplemente porque lo adelantó la SER. A eso le llamo yo personalidad y coherencia. Así es el Racing.

Y es que, de un tiempo a esta parte, a Pernía le están haciendo la agenda. Primero con Muñiz, ahora con Zaccheroni y después..., pues lo que venga. Una vez que hincas la rodilla, estás perdido: ya eres vulnerable. Allá ellos, no me preocupa. Lo que verdaderamente nos interesa es seguir contándoles las cosas que pasan, que sean ustedes, si es posible, los primeros en enterarse, como en el 'caso Zaccheroni'. El ser honestos con nosotros mismos y con ustedes. El resto forma parte del negocio que es el fútbol. Eso no podemos olvidarlo; el fútbol es un gran negocio, lleno de intereses, donde, si me apuran, lo de menos es el partido de cada domingo. Tengo la sensación de que vamos a vivir un verano movidito. De Juan Carlos Mandiá hablaremos otro día.