El Atlético llama a los líos, sin quererlo a veces, pero los llama. La portería, la línea que en principio debía costar menos gestionar se enquista por momentos. Vaya por anticipado que el club del Manzanares paga ahora un poco la tibieza con la que manejó el futuro de David de Gea hace algunos meses, pero en este caso es el futbolista, o mejor dicho quienes le aconsejan, los que podrían estar dando un paso inseguro para su prometedora carrera. Cierto es que Asenjo parte con la ventaja de tener ya experiencia en Primera y la de ser la apuesta de presente y tal vez de inmediato futuro, pero no es menos cierto que con tres competiciones por delante más la sensibilidad de Abel para comprender la situación de un portero joven, De Gea tendría minutos.

Además, que por delante aparezca la efigie de Asenjo no es tener cerrada de forma hermética la portería, como sí podría serlo con un veterano como Leo, al que, dicho sea de paso, no se le ha renovado para hacerle un hueco al larguirucho portero internacional. Es más, De Gea debería tener en cuenta que se ha prescindido de forma muy poco elegante del guardameta argentino (o no me digan que no es fuerte asignarle al intachable Leo exactamente el mismo trato a la hora de renovar que al disoluto Maniche) para apostar por él. Si se marcha cedido, jugará, pero perderá la oportunidad de probar la Champions con 18 años, mientras que Asenjo seguirá sumando experiencias de calidad y, de paso, continuará ampliando la ventaja entre los dos. Y ojo, que detrás viene Joel.