Llega Mandiá. El quinto entrenador de la era Francisco Pernía. A simple vista me gusta. Por su visión del fútbol y su discurso atrevido. Nada de victimismo que no lleva a ningún sitio. Ha venido a decir que no hay metas, que las metas se van marcando día a día. Pero también hay que ser realistas y reconocer que la era Mandiá es un melón por abrir. El fútbol de toque y atrevido es muy bonito, te llena los ojos, pero conseguir llevarlo a cabo es otra historia y en el Racing mucho más: una cosa es la teoría y otra llevarlo a la practica. Pero me agradan sus deseos e intenciones. Lo que no me ha gustado tanto son las formas en las que ha salido del Hércules. No ha hecho nada ilegal, cierto; ha pagado la cláusula de rescisión que recogía el contrato y ha quedado libre. Correcto.

P ero moral y éticamente, no. El fin no justifica los medios. Así lo siento. Si has planificado la temporada y has dado bajas a futbolistas, además de contratar otros nuevos, tienes que ser consecuente con ello, ya no hay vuelta atrás salvo que el Hércules hubiese negociado y aceptado su marcha, que no es el caso. Y da lo mismo el equipo o la categoría, es una cuestión de principios. ¿Si ésta misma situación se hubiese dado en el Racing que pensarían? Se trata de ponerse en el lugar del otro. Marcelino ha sido el mejor técnico que ha pasado por este club, pero se equivocó en las formas de su marcha. Así lo pienso y así lo digo. Pero vuelvo al principio. Me gusta como entrenador. Y aquí tendrá el mismo apoyo que tuvo Muñiz o el de Careñes. Suerte.