Cuando dimitió hace tres años lo hizo consciente de que había traicionado su propio proyecto. Se podrá equivocar mil veces, pero nunca más caerá en la precipitación de aquella temporada. Se acabó lo de fichar deprisa y corriendo a Baptista, Ramos y Pablo García. Nunca más esperará a un jugador seis meses (Robinho). Si el jugador, o el club que vende, se enrocan, a por el siguiente de la lista. Ni una concesión más a intermediarios que usan a futbolistas de su cartera para vender a otros paquetes. Lo que no asimiló durante seis años de gestión, la fauna especial que rodea este deporte, ahora forma parte de su vida y negocia sin prejuicios. ¿Delegar? Sí, pero con sus tres hombres de confianza y en cuestiones menores.

Hace medio año que empezó a nacer el nuevo Madrid. ¿Hay algún entrenador al que le sobre en su equipo Kaká, Cristiano Ronaldo o Xabi Alonso? Desde marzo, y de forma personal, comenzó a atar cabos con los responsables de cada equipo. Aquel cierre de mercado, esperando el último fax del Inter para dar vía libre al fichaje de Ronaldo, se terminó. Eso queda bien para que Valdano presuma de master acelerado en gestión empresarial. Faltan dos fichajes más, que pueden ser tres. Los siete anunciados en mayo. Dos serán nacionales y el otro, si llega, Ribéry. Todo calculado, sin dejar nada al azar...