Hoy es un día feliz para muchos madridistas. La leyenda viva, Alfredo Di Stéfano, cumplirá 83 años. Y ayer se nos fueron de boda Rubén de la Red (¡ánimo chaval, que este partido lo ganas seguro!), Arbeloa (pronto le veremos de blanco en el Bernabéu) y hasta la compañera Carmen Colino. La próxima boda será el lunes en un Bernabéu abarrotado para recibir a Cristiano, acontecimiento que examinará tres días después la magnitud del fichaje de Benzema. El Ronaldo francés hará su puesta de largo el próximo jueves y el club espera que la afición se vuelque en lo que sería una manifestación de apoyo para una contratación de largo recorrido que seguramente acabará algún día en un Balón y una Bota de Oro. El hecho de que Benzema tenga su árbol genealógico ubicado en esa milla de hora argelina en la que se han cultivado otros talentos futbolísticos como el maestro Zidane y el joven Nasri alimentan más esperanzas sobre la llegada del cañonero de Lyon.

Es indiscutible que todos estábamos ilusionados con Villa, pero eso es tan verdad como que la afición entendida es consciente de que Benzema es una apuesta para diez años y un tipo tan fiable en el área como nos dejó claro Maldini con un perfil revelador. Benzema nos hará muy felices. Magnífico fichaje.