Ya está aquí una nueva temporada. Esperemos que sea tan ilusionante como la anterior. Hay nuevo entrenador, Juan Ramón Muñiz, nuevos jugadores, una gran afición y un club presidido por Fernando Sanz, que es el ejemplo a seguir por muchos en esta Liga española. La entidad malagueña gasta lo que puede, otros continúan endeudándose sin ningún tipo de freno y sin que nadie actúe, por lo que la lucha es desigual. Aún así, y con los recursos existentes intentará configurar una plantilla apañada que dé guerra en la mejor Liga del mundo.
Hay que creer en los dirigentes malaguistas, esperar a que se cierre la plantilla y luego opinar. Las prisas son malas consejeras y tienen que hilar muy fino para no equivocarse. Aparte de lo económico, el director deportivo, Ricardo Rodríguez, su adjunto, Sandro, y Muñiz, buscan buenos profesionales, que se ajusten a un perfil trabajador para que el grupo no se resquebraje este curso. Estos aspectos dan el 90 por ciento del éxito. Se pudo comprobar en el pasado campeonato y a buen seguro que con Muñiz, el vestuario será una auténtica balsa de aceite. Vamos a apoyar y a por el registro histórico de 25.000 abonados. El Málaga es un sentimiento. Volveré.