No debe ser suplente por decreto

No debe ser suplente por decreto

Año XV desde que irrumpió Raúl. Arranca como siempre. Intentando demostrar su inocencia, acusado de unos cargos que me cargan cada vez más. Que si tapona la titularidad a otros compañeros, que si juega en el once por imposición, que si ejerce malas influencias en el vestuario... No es normal este empeño por buscarle la vuelta a un hombre que se ha limitado a entrenarse con un empeño fanático, a inculcar en los canteranos su amor por el Madrid, a cuidar a los cracks que llegan para que se sientan como en casa y a no decir una mala palabra que empañe la imagen de la entidad. El capitán con el que soñarían todos los presidentes...

Por eso llega el momento de valorarle por lo que es y no por lo que se supone que es. Además, en el terreno de juego se ha ganado el beneficio de la duda. Esta temporada marcó 24 goles oficiales, ninguno de penalti. Eso supone tantos goles como Villa si exceptuamos los lanzamientos desde el punto fatídico; un gol más que Benzema e Higuaín (23 cada uno); tres goles más que el Kun Agüero (21)... ¡Y sólo dos menos que Cristiano Ronaldo (26)!

Raúl es más listo y sensato de lo que nadie pueda imaginar. Claro que sabe que con Cristiano, Benzema e Higuaín tiene todas las papeletas para quedarse más de un domingo en el banquillo. Pero ello no significa que haya que decapitarle y apartarle de la autovía como si fuese un apestado. El hombre que batió el histórico récord de goles de Di Stéfano (307) no puede acabar sus días de blanco entre reproches y malas caras. Raúl siempre fue respetado por el Bernabéu y nada cambiará eso. Suplente, sí. Pero no por decreto.